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The most plaid-ful time of the year

 


Estamos comenzando esa época del año en la que me gusta llevar cuadros para todo. Si tuviera que escoger un solo estampado para las fiestas navideñas tendría muy claro que sería el tartán. Y, de hecho, así será mi vestido de este año. Pero no adelantemos acontecimientos, y menos en 2020.


Noviembre es un mes que está a caballo entre la Navidad, con sus luces y sus gorros rojos, y el otoño más puro, con esos colores brillantes y las calabazas por todas partes. O te anticipas demasiado con el espíritu navideño o te quedas muy atrás. Por eso el vestido que os enseño hoy me encanta, porque es la combinación perfecta de los dos mundos.


Os muestro un vestido camisero midi a cuadros que es igual de ideal para las navidades que para el otoño. Y, aunque no lo sepáis, esto es algo histórico para este blog, ya que jamás había llevado un vestido midi en otoño-invierno. Si os quedáis por aquí os cuento todos los detalles.


Getting in the Christmas spirit

 


Estamos en la época perfecta para cantar 'is beginning to look a lot like Christmas', aunque este año parece que todo se ha adelantado un poquito. No sé en vuestras ciudades, pero aquí encendieron las luces de Navidad hace días. Ha sido y está siendo un año muy duro para todos, por lo que la idea es intentar animar el ambiente con decoraciones navideñas.


¡Y eso también está sucediendo en las casas! La venta de decoración de Navidad se ha disparado porque sabemos que vamos a pasar más tiempo en casa que nunca y queremos que esté bonita y hogareña.


Yo vengo a poner mi granito de arena y a enseñaros algunos artículos navideños preciosos que nos darán ganas de vestirnos de elfos y gritar 'ho, ho, ho'. No se trata solo de decorar la casa con los adornos habituales, sino de hacer una transformación de nuestro hogar como si fuera el Polo Norte. Platos, alfombrillas, cojines, toallas... ¡En todas las habitaciones de la casa se debe notar la Navidad!

Polar bear

 


¿Recordáis que en el pasado post os hablaba del frío que pasamos actualmente en las aulas? Pues esta sudadera me ha salvado la vida.


Nunca había sido mucho del tejido polar, pero este año que lo estoy necesitando lo estoy valorando muchísimo. El problema es que la mayoría de este tipo de prendas me resultan demasiado deportivas, como si me fuera de excursión a la montaña. Pero esta en concreto me gustó mucho por sus detalles con cuadritos. Consigue que me encante combinarla con botines.


Y no, el confort no es caro. Al menos, no este. Esta sudadera tan mona es de Aliexpress, amigas, y es muy barata. ¿Sorprendidas?

Ropa a prueba de aulas

 



¿Quién nos iba a decir a nosotros que una de las mayores profesiones de riesgo de 2020 iba a ser la de docente? No solo estamos en una de las primeras líneas de contacto (y, por tanto, posible contagio y/o difusión del virus), sino que corremos un peligro real de congelación. Los alumnos, pobrecicos, también. En otras palabras: igual de Coronavirus no nos morimos, pero nos moriremos de pulmonía.


En serio, chicos, ¡QUÉ FRÍO! Tenemos en clase las ventanas y la puerta abiertas cuando fuera hace menos de 10 grados. Imaginaos qué será de nosotros en febrero... ¡No lo quiero ni pensar!


Pero, TRANQUILOS, amigos docentes y estudiantes, porque este problema tiene solución. Os presento una serie de prendas estilo sherpa que están hechas a prueba de aulas Covid-19. Y, lo que es mejor, ¡son tendencia! Nunca me he alegrado tanto de que algo esté de moda, de verdad. Me refiero a todas esas prendas con tejido polar o de borreguito que nos ayudan a mantenernos calentitos y que, además, son ultra suaves.

Flechazo por un pichi


Sé que a muchos no les hará gracia esta noticia, pero los pichis han vuelto. Y os parecerá curioso, pero esta prenda no es que me encante. Y, sin embargo, aquí estamos. ¿Por qué? Porque este pichi de cuadros de Zara me ha enamorado y tenía que contárselo a todo el mundo.

Es 100% preppy y 100% otoñal, así que tenía todas las papeletas de convertirse en una prenda estrella de mi armario. Puede que os recuerde a vuestros días de colegio, pero debemos superar esa idea. A mí los pichis no me recuerdan al colegio exactamente, pero sí a mi infancia. Recuerdo perfectamente que los odiaba porque mi madre me obligaba a llevarlos y no me gustaba su forma, al igual que los petos.

Pero las cosas cambian, amigas. Y, si yo lo he superado, vosotras también podéis. Y es algo que os aconsejo, ya que van a venir muy fuerte esta temporada.