Aquellos que me seguís habitualmente sabréis que la semana pasada Manu y yo nos fuimos de vacaciones al Pirineo aragonés. Concretamente, a la provincia de Huesca, y, más concretamente, a los alrededores de la estación de esquí de Panticosa. Encontramos un hotel monísimo en Lárrede que enseguida nos cautivó con sus imágenes y las buenas críticas que tenía. Hoy os puedo asegurar que no nos equivocamos en absoluto.
El Hotel Viñas de Lárrede, que está a escasos 20 minutos de Jaca y un poco más cerca de Panticosa, es una auténtica maravilla. Es tranquilidad y bienestar puro. Su ambiente te hace sentir como que solo existís tú y el momento. Además, no solo está regentado por una familia y unos empleados encantadores y muy agradables, sino que es sencillamente precioso. ¡Por fuera y por dentro! Nosotros nos sentimos comodísimos, muy bien atendidos en todo momento y nos quedamos con ganas de volver.