Este es uno de esos posts que realmente no termino de saber cómo enfocar. No sé si va a ser una forma de mostraros este outfit, pero tampoco sé si tiene sentido porque el vestido es un poco especial; no sé si contaros cómo han sido mis últimas semanas o si me va a servir como una "reentrada" (si eso es algo). Quizá sea todo eso.
Hace una semana fue mi cumpleaños y lo celebré con una pequeña escapada a la Sierra de Francia para comer con Mr. Preppy y mi madre. Los días anteriores estuve trabajando durante horas para poder dedicarme ese día a mí y no hacer más, pero los días siguientes tuve que finalizar entregas importantes de mi segunda carrera. Han sido unas semanas un poco caóticas y tengo más cansancio en el cuerpo del que pensé que podría tener. Por eso mis escasas energías las invertí en otras cosas que no eran el blog.
Mi cumpleaños no fue gran cosa y, de hecho, aún no lo he celebrado con mis amigos. Pero ese día fue bonito y aproveché para estrenar este vestido que os enseño hoy. Es un poco "especial" porque es de Primark, lo que significa que no lo puedo linkear y probablemente ya no lo encontréis en tienda, y porque lo transformé con mi máquina de coser. ¡Ahora os cuento todo!
A veces se forma un garabato negro en mi cabeza y no soy capaz de sacarlo de ahí. Hoy es una de esas veces. Tengo mucho ahí metido ahora mismo y me cuesta ordenarlo.
Como ya os he contado, la semana pasada fue mi cumpleaños y no tenía muchas ganas. Esto es la primera vez que me pasa, normalmente soy la reina de los cumpleaños y siempre me emociona muchísimo que llegue mi día especial. Hace años me encantaba organizar fiestas temáticas y mis amigos marcaban el día en el calendario social. Era como nuestro primer evento social del verano.
Poco a poco me he ido desilusionando y desinflándome como un globito después de la feria. He vivido demasiadas decepciones por tener las expectativas quizá muy altas. Personas que se olvidaban, otras que buscaban excusas para faltar, horas sola en el salón de mi casa, discusiones inoportunas... Muchos de esos cumpleaños los acabé llorando. Por eso cada año tengo menos ganas.
Este año, además, venimos arrastrando una pandemia que me tiene agotada física y mentalmente, a lo que se suman el trabajo y los estudios. Por primera vez no me ha importado nada no celebrarlo. Sin embargo, ese día en sí me apetecía pasarlo en uno de mis restaurantes favoritos de la Sierra, así que los días anteriores me puse a trabajar a tope para tener la tarde libre (sí, la tarde, porque por la mañana trabajé ja ja).
El restaurante está situado en Mogarraz, pero después estuvimos dando un paseo por La Alberca y eso me hizo feliz porque había muchísimas hortensias. ¡No pude evitar hacerme fotos con ellas! Ya me conocéis...
El vestido que llevaba lo compré en Primark en Semana Santa, pero no era tal y como lo veis, sino que tenía el bajo globo. Odio los vestidos globo. Creo que tienes que tener una silueta muy concreta para que te quede bien y yo no la tengo. Sin embargo, el estampado me parecía absolutamente precioso y tiene ese corte de nap dress que tanto me gusta. Solución: transformar el vestido globo a un vestido mini normal y corriente.
Y ahí lo tenéis. No es perfecto, pero nadie nota los fallos de costura (creo que eso solo lo sabemos las costureras).
Lo combiné con un bolso de paja, rafia, esparto... Mira, no sé. De material de capazo. Fue mi primera compra de rebajas y creo que todavía lo podéis encontrar en Sfera. Está muy bien porque tiene un tamaño mediano, caben bastantes cosas, tiene forro interior y doble correa para cogerlo con la mano o colgarlo del hombro. Es muy buena compra, lo recomiendo.
En el pelo llevé mi nueva diadema favorita. Es de rafia y la compré en Reche (aunque ese color ya no queda, tenéis el mismo modelo en negro y rosa). Queda genial, y eso que yo tenía prejuicios hacia las diademas con nudos en el centro.
Fue un día fantástico, pero los días siguientes tuve que volver a apretar un poquito para poder entregar lo que me faltaba para terminar la carrera. El viernes entregué lo último y sentí cómo me quitaba un peso de encima.
Los días siguientes me he dedicado a descansar y volver a centrarme en el trabajo. Mi intención era reconectarme también con el blog y volver a mis calendarios de publicación habituales, pero me he encontrado tan cansada que se me hacía bola. Esta es mi manera de volver a deciros hola y que sepáis que intentaré mantener esto activo como siempre.
Yo no tengo vacaciones ni las tendré. Con suerte me iré algún fin de semana o haré una escapada, pero trabajo de lunes a viernes durante todo el verano, así que me está costando mucho continuar encadenando unas fechas de entrega con otras. Creedme cuando os digo que tomarse un descanso entre tareas es MUY necesario para recobrar la motivación y las ganas. Pero estoy en ello.
Fotos hechas por Manuel Laya
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