Pues sÃ, todavÃa no habÃa terminado de compartir las fotos de nuestro viaje otoñal 2021. Como ya os conté antes del break blogueril de Halloween, Mr. Preppy y yo hicimos una pequeña escapada en el puente de octubre a tierras asturianas. Fue precioso y perfectamente otoñal. Justo lo que mi alma necesitaba. Lo disfruté muchÃsimo e hicimos un montón de fotos que me encantan y quiero compartir mis favoritas con vosotros sin dejarme un detalle.
Hicimos actividades otoñales todos los dÃas, pero si hubo un dÃa que se llevó al premio al dÃa más otoñal de las vacaciones fue este del que os voy a hablar hoy. Lo voy a dividir en dos partes porque hicimos bastantes cosas ese dÃa y lo primero de todo fue ir a recoger manzanas (apple picking!) a una pomarada. Asturias es el mejor sitio de España para la recolección de manzanas, especialmente la zona de la Comarca de la Sidra.
Todo está lleno de pomares, vayas donde vayas. Pero tengo que advertir: son privados, asà que si tenéis la intención de ir, pedid permiso a los dueños. Es muy probable que os dejen si solo cogéis unas pocas para comer o algunas del suelo para los animales (sÃ, cogemos manzanas para los caballos, ¿qué pasa?), pero evidentemente no os van a dejar llevaros un saco de manzanas por la cara.
Las manzanas que se dan en esta tierra son una variedad especÃfica para hacer sidra, lógicamente, y tienen ese sabor caracterÃstico. No os digo que no haya quien tenga otras variedades, pero yo lo que he visto en general es esto. Son manzanas más pequeñitas, de un color rojizo-verdoso y un poco achatadas. RiquÃsimas.
Nosotros no vamos a llevarnos kilos de manzanas porque ni nos las comerÃamos todas ni queremos cargar con eso. Cogemos 4 o 5 manzanas a lo sumo para comerlas o para dárselas a los caballos. Ya sé que puede no tener sentido, pero para mà es divertido simplemente el hecho de ir, verlo y pasear entre los árboles que el hecho de llevarte las manzanas. Los dueños suelen dejarnos encantados, nunca nos hemos encontrado con alguien que no nos dejase, son personas encantadoras.
Mi conjunto también iba acorde a la ocasión. Aprovechando que todavÃa no hacÃa frÃo, me puse simplemente una camisa con un chaleco acolchado, jeans y botas altas (esto más que nada porque Ãbamos a caminar por el campo). Fui comodÃsima y la elección resultó perfecta. Tengo que admitir que hice muy bien la maleta para este puente, pero dudo que se repita porque odio hacer el equipaje y me pone tan nerviosa que no atino.
Después de pasear entre manzanos, cogimos el coche y pusimos rumbo a Ribadesella para asomarnos a sus preciosos acantilados. No estuvimos mucho tiempo, pero necesitábamos una pequeña dosis de mar antes de volver a casa. Sentarse en una de esas rocas a mirar cómo choca el mar contra el acantilado es absolutamente hipnotizante. Si no fuera por el viento podrÃas tirarte allà horas.
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