Si en la entrada anterior os hablaba de mi sueño cumplido de practicar mushing, en este os hablo de otro que aún está por cumplirse: poder ver la floración de los cerezos sakura en Japón. Los cerezos sakura, esos tan bonitos de lindas flores rosas que copan las fotos de miles de postales, son los más famosos del mundo debido a su espectacularidad. Sin embargo, no son los únicos cerezos que existen y cuya floración te deja sin aliento, y en España no tenemos nada que envidiar.
Hablo, como no podía ser de otra manera, de los maravillosos cerezos que se cultivan en el Valle del Jerte, al norte de Extremadura. Sus flores son blancas y, cada primavera, esta preciosa zona de la provincia de Cáceres se llena de este color tan puro y lo baña todo con su belleza. Sé que soy una afortunada porque vivo a apenas una hora de allí y cada año bajo a admirar este fenómeno de la naturaleza.
Este año, debido a las altas temperaturas, la floración se ha adelantado en toda España. En el Jerte ha alcanzado su punto álgido en torno al 22 de marzo. Nosotros fuimos un poquito antes, justo el fin de semana anterior, y ya había muchísimos cerezos en su máximo esplendor. Hoy no solo os enseño unas fotos maravillosas y un vestido fantástico, sino que os doy algunas claves para visitar esta zona que no os podéis perder.
Antes de decidir visitar el Valle del Jerte es muy importante consultar la fecha óptima de floración de los cerezos. Basta con hacer una búsqueda rápida en Google para obtener la información. Por desgracia, ya sabéis que la floración de los árboles es muy breve e intensa, así que conviene ir justo en la fecha indicada.
¿Qué pasa si vas un poco antes? Ese fue nuestro caso. Lo que pasa es que te vas a encontrar un montón de cerezos que aún no han terminado de florecer. No obstante, los cerezos que primero florecen son los de la zona más alta, como en los pueblos de Rebollar o El Torno. Recomiendo recorrer la carretera local que une todos esos municipios. Posteriormente, florecen los cerezos que rodean al río Jerte. En ese caso, es recomendable recorrer esa ruta. Es fácil porque el río va marcando el camino.
¿Y si vas más tarde? Lo que ocurrirá es que la floración habrá terminado. Y hay dos opciones: o bien disfrutar de las otras maravillas que ofrece la zona (como hacer senderismo por alguna de las gargantas) o bien esperar hasta la llegada de las cerezas. Si bien la floración es maravillosa, la vista de los cerezos de color rojo también es espectacular. Son dos maneras diferentes de vivirlo.
En cuanto al outfit, nada me parecía tan perfecto para un paseo entre flores que este vestido de encaje blanco de Zara. Es de esos que se abotona hasta abajo y que tiene un corte mini, por lo que era ideal para un día de primavera (hacía unos 20 grados, no os digo más) y para estrenarlo ese mismo día, ya que no tenía que cogerle el bajo (!). Eso los petites lo agradecemos.
La única pega que le pongo al vestido es la razón por la cual no es para cualquier tipo de cuerpo (de hecho, no es para el mío, pero a mí me da igual todo), y es que es bastante ancho, de modo que hace las piernas más gorditas y parece de premamá en según qué momentos. Si sois delgaditas os gustará porque os dará mucho volumen, pero si queréis afinar visualmente la figura os va a decepcionar.
Lo combiné simplemente con unos zapatos rojizos y un pañuelo de seda que me regalaron desde Rosegal (y que nunca pude llegar a sacar por problemas con el envío). Me gusta utilizar los complementos para darle un toque de color.
Eso sí, también os digo que luego, después del paseo, me cambié de ropa para poder hacer un poco de senderismo cómodamente. Las cosas como son.
Fotos hechas por Luxmantica Photos / Manuel Laya
Vestido / Dress: Zara
Zapatos / Shoes: La Redoute (old) (similar)
Pañuelo / Silk scarf: Rosegal [AGOTADO/SOLD OUT] (More)
Gafas de sol / Sunglasses: Parfois (old)
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