En lo más tradicional de lo tradicional de la Navidad se encuentras las galletas de jengibre, más aún cuando vienen en forma de hombre de jengibre. Para mí, unas navidades no están completas si no las hago. Este año las he hecho tarde. No era mi idea, pero las empresas de transportes están a tope en Navidad y no hay quien compre utensilios ni los pida y que le lleguen a uno a tiempo.
Recorren internet muchísimas recetas de las galletas de jengibre, pero esta que os traigo hoy es la verdaderamente tradicional, con sus especias y sus melaza, que es lo que le da ese color oscurito tan típico. Yo sigo mucho a Alma Obregón, que es la más conocida, y tengo su libro de Galletas Perfectas, y en él viene una receta para hacer hombres de jengibre. Vale, pese a que la adoro, no os recomiendo esa receta por muchas razones. Primero, porque no es la tradicional, segundo, porque la glasa no os va a quedar bien, y, tercero, porque ella las cubre de fondant color carne y las galletas de jengibre no deberían ir cubiertas salvo que queden mal.
En cuanto a la elaboración. Estas galletas son muy complicadas de elaborar. No me entendáis mal, es echar los ingredientes en el bol como todas, pero es una masa muy, muy, pegajosa, lleva muchas horas de trabajo y es muy lianta (como diría mi abuelita). Vamos, que acaba la cocina para echarte a llorar. Hay mucha gente que la recomienda para hacer con niños, pero yo ni en un millón de años, supongo que se referirán a decorarlas o mirar, porque...