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Lo que he aprendido de mis prácticas de verano

Hubo una entrada que nunca llegué a publicar. Era larga y llena de reflexiones sobre lo que estaba pasando en mi vida. Y es que, como ya os conté, el fin de mi etapa de máster me provocó una ansiedad terrible con la que tuve que lidiar. Afortunadamente, le gané la batalla. Pero para ello tuve que entender qué me estaba sucediendo y por qué. La respuesta a eso fue muy simple: tenía miedo.

Cometemos un grave error subestimando al miedo. El miedo no es solo esa sensación que tenemos cuando creemos que hay monstruos en el armario. El miedo es algo tan común que podemos llegar a experimentar varias veces en un solo día y en situaciones cotidianas. Miedo a que nos dejen solos, a ser peores que los demás en algo, a encontrarnos a alguien no deseado por la calle, a que nos despidan del trabajo, a no dar la talla en una tarea... En mi caso, tenía miedo a qué me esperaba después. A no creer si sería capaz de estar en un puesto de trabajo, o tan siquiera encontrarlo.

¿Sabéis cuál es la reacción más lógica ante el miedo? Huir. Sin embargo, la mejor manera de superar un miedo y que este se vaya de nuestra cabeza para siempre es enfrentarlo. Así que, sin esperar a que nadie me dijera lo que tenía que hacer, eso hice, pedir prácticas en un periódico y salir al mundo laboral de un saltito.

No solo perdí el miedo, sino que me encantó hacerlo. He aprendido mucho en estos tres meses, he conocido partes de mí misma que pensaba que no existían y me he puesto a prueba constantemente, sin permitirme decir que no a nada. El resultado ha sido maravilloso y una de las mejores experiencias de mi vida. Hoy he realizado mi última rueda de prensa como becaria en La Crónica de Salamanca, y quiero compartir con vosotros todo lo que he aprendido.




Cómo luchar contra el miedo

El miedo es esa sensación angustiosa que te devora el estómago, impidiéndote continuar con tu vida y hundiéndote en un mar de dudas y nervios. Muchos de esos nervios ni siquiera sabes de dónde vienen o, tan siquiera, tienen una base real. Tendemos a angustiarnos por situaciones que imaginamos que pueden suceder y nos aterran. Y creedme, porque os habla la chica con más miedos e inseguridades de este mundo.

Incluso si vuestra situación no es esa, porque sabéis exactamente lo que os aterra o porque no sois personas con tendencia a ese tipo de comportamientos, es algo que puede suceder. Es más, es bastante probable que suceda en determinados momentos, independientemente de la situación. Puede suceder con situaciones que se nos presentan novedosas y llenas de incertidumbre, o, de un día para otro, situaciones completamente cotidianas.