Con la tecnología de Blogger.
Mostrando entradas con la etiqueta futuro. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta futuro. Mostrar todas las entradas

Elegir tu carrera no va a definir tu vida

Últimamente no hago más que encontrarme gente indecisa. Personalmente, odio tomar decisiones y es algo que me supone pasar por una temporada de dolores de estómago (por no decir de cabeza), así que lo entiendo perfectamente. Concretamente, muchos de los adolescentes con los que hablo, normalmente hermanos de amigos o hijos de compañeros de mi madre, están pasando el peor tiempo de su vida intentando averiguar qué es lo que quieren hacer en el futuro o qué opción tomar con respecto a sus estudios.

Por si hay alguien que se sienta identificado con la descripción, yo no voy a solucionar ese problema, quiero que lo sepas, pero quiero ayudar a que consigas llegar a la decisión haciendo que te sientas menos nervioso. Dicho por alguien que ha terminado sus estudios, los que siempre quiso hacer, no hay literalmente nada de lo que preocuparse.

Elegir una carrera, ya sea universitaria o no, es un paso importante, sí, pero no lo suficiente. Una carrera, aunque ahora puedas pensarlo, no va a definir tu vida. Ni siquiera tu trabajo. En muchas ocasiones tan solo es un mero trámite.

Es evidente que ahora no lo ves así. Yo tampoco lo veía así. Lo pasé terriblemente mal en el verano anterior a empezar la universidad y ese malestar no se me pasó hasta que tomé una decisión. Creía que estaba tomando la decisión más trascendental de mi vida, pero estaba completamente equivocada. Y te diré por qué.


Foto hecha por Manuel Laya.
Por si nunca me habíais visto trabajando. Estaba en un pleno de la Diputación.

Vive la vida que has imaginado

Vivimos en un mundo en el que existen demasiados “Debería hacer…”. Pero no hablo de los propósitos de Año Nuevo ni nada de eso. Hablo de lo que está considerado como el deber. Graduarse en el instituto e, inmediatamente, hacer una carrera. Como si eso fuera una meta o la única vía hacia el éxito. Y, cuando tenemos dicha carrera, hacer unas prácticas y encontrar un puesto de trabajo digno. Te guste o no.

Pero, ¿por qué? Cuando hay una persona que se rebela contra todo esto y dice “No me apetece” todos se le echan encima como leones. “¡Deberías hacerlo!”. Como si solo existiera un camino para todos. Como si todo el que estudia derecho tuviera que trabajar en el mismo bufete durante 50 años. Como si todo estudiante de periodismo tuviera que trabajar en El País. Como si todo el que tiene filología tuviera que ser profesor. ¿Y si no quiere? ¿Y si después de terminar la carrera se ha dado cuenta de que lo que ama es cocinar? “¡Pero no puede, porque tiraría su carrera a la basura!”

¿Y qué? La vida es cambio. Es descubrimiento. Es salirte del camino establecido para abrirte paso entre la hierba por la que nadie ha pisado antes. Yo no sé vosotros, pero aún estoy experimentando la vida. Será que no leí bien el manual de instrucciones, pero yo me he dado cuenta de que solo me siento cómoda realizando aquello que va bien para mí según yo, aunque el resto del mundo no lo vea así. Quiero llegar a la vida que me he imaginado, no a la que todos creen que debo llegar.




Cómo luchar contra el miedo

El miedo es esa sensación angustiosa que te devora el estómago, impidiéndote continuar con tu vida y hundiéndote en un mar de dudas y nervios. Muchos de esos nervios ni siquiera sabes de dónde vienen o, tan siquiera, tienen una base real. Tendemos a angustiarnos por situaciones que imaginamos que pueden suceder y nos aterran. Y creedme, porque os habla la chica con más miedos e inseguridades de este mundo.

Incluso si vuestra situación no es esa, porque sabéis exactamente lo que os aterra o porque no sois personas con tendencia a ese tipo de comportamientos, es algo que puede suceder. Es más, es bastante probable que suceda en determinados momentos, independientemente de la situación. Puede suceder con situaciones que se nos presentan novedosas y llenas de incertidumbre, o, de un día para otro, situaciones completamente cotidianas.