Os voy a decir una cosa: estoy muy nostálgica. No sé si es el periodo (oopsie), la mudanza, la edad, la Navidad o todo junto, pero estos días estoy muy sensible. Tan solo mirar los posts de este año ya hace que me vengan todos los feelings en avalancha.
Hasta ahora, en este blog he hecho dos cosas diferentes al final de año: hacer una lista con lo mejor del año y hacer un ranking de los posts más leídos. Este año no va a ser así. Este año no va a haber ranking. ¿Por qué? Porque el consumo de blogs actualmente es mínimo y ha dejado de compensarme el esfuerzo y el tiempo dedicado para según qué cosas. Esta, por ejemplo, no es necesaria. Me encantaba hacer esa retrospectiva, pero el alcance ya no es el que era y ha dejado de tener sentido.
Sin embargo, sí que voy a hablar de lo mejor del año. Creo que este blog al final va a quedar como una extensión de Insta y como un rincón más personal.
Este año ha sido difícil. Empezó con esperanza, ya que no le podía pedir nada más después de un desastroso 2022, pero pronto siguió la senda de la tristeza. Afortunadamente, esa tristeza, y otras muchas emociones azules, solo duró medio año. A partir de mi cumpleaños, que es justo la mitad del año, todo empezó a ir a mejor. Y a partir de ahí solo tengo buenos recuerdos de 2023. Un verano maravilloso, tranquilidad, buenas noticias... Dije que fue difícil, no malo.
Sin que sea un precedente, este año siguió una norma que yo solía tener: todo lo que empieza mal acaba bien. Y lo prefiero así que al revés, que fue justo el caso del 2022. El último mes ha sido caótico y duro, con una mudanza en mitad de la Navidad y todo patas arriba, pero muy dulce también. Os cuento las mejores cosas que me han pasado este año:
1. ¡Nuestra nueva casa!
Obviamente, lo más significativo de este año es que ahora Mr. Preppy y yo somos orgullosos propietarios de una casita. Sí que tengo pensado hacer un post solo de la compra de vivienda y todo eso, porque es verdaderamente una cosa. Pero en resumen: ya en 2022 empezamos a tener claro que queríamos comprar porque el mercado del alquiler es insostenible. Os puedo asegurar que pagamos menos de hipoteca por un chalet que lo que pagaríamos de alquiler por un piso decente.
En cuanto se puso la conversación sobre la mesa yo tuve claro que si nos lanzábamos al mundo hipotecario tenía que ser una casa que mereciera la pena y que fuera la casa de mis sueños. Ante esto tengo que decir que NUNCA va a ser la casa de vuestros sueños al 100% y que hay que adaptarse, pero que cuanto más cerca esté de ese concepto mejor. Así que yo tenía claro que quería una casa con jardín y chimenea. Estuvimos viendo muchas hasta que encontramos LA casa, la que nos gustó a los dos y de cuya visita salimos teniendo clarísimo que iba a ser nuestra.
Eso fue el 29 de junio después de muuuuchas decepciones. Pero salimos tan convencidos que al día siguiente, el 30 de junio, mi cumpleaños, tuve una sensación preciosa de felicidad. Fue uno de los mejores días del año. Después todo fue muy lento y horrible. Finalmente firmamos el 29 de noviembre y no nos mudamos hasta mediados de diciembre. Pero aquí estamos. Con todo patas arriba y muchas cajas, pero muy contentos.
2. Mi trabajo
No, no tengo un trabajo nuevo. Quise cambiarme, lo intenté, pero no pudo ser y eso me llevó a hacer las paces con mi trabajo actual y ahora lo valoro más que nunca. Me he dado cuenta de que el problema no era este trabajo y que en realidad me encanta lo que hago. El problema era mi otro trabajo, el cual este curso he dejado para tener tiempo para estudiar oposiciones, y ahora soy más feliz que nunca en ese aspecto.
En cuanto a las oposiciones, las voy a hacer porque este año en Educación el proceso es diferente y menos complejo, pero estoy muy tranquila porque no me juego mi trabajo en ello. Si sale, bien, y si no sale, pues también bien. Eso sí, trabajar y estudiar es horrible y estoy muy cansada. Llevo trabajando y estudiando ya muchos años y de verdad quiero que llegue el día en el que pueda relajarme y sentarme en el sofá sin la sensación de que estoy perdiendo el tiempo.
3. Verano bonito
Una de las mejores cosas de este año, y esto es MUY raro, ha sido el verano. Y vosotros pensaréis que es lógico y normal, pero para mí no lo es. En absoluto. Odio el calor y mis veranos suelen ser decepcionantes y agónicos. Sin embargo, este año fue maravilloso. ¿Pudo ser que yo tenía extraordinariamente bajas las expectativas? No sé, pero me sorprendió mucho para bien. Hice planes muy chulos con amigos, me fui de viaje con mi madre, descansé, fui al pueblo... Y todo ello con la maravillosa sensación de que mi casita estaba por llegar.
4. Planes bonitos
Este año, empezando en verano, me propuse cambiar mi mentalidad porque estaba mentalmente en un lugar muy oscuro. Pensé: se acabó planificar a lo grande (un gran viaje, una gran fiesta...), a partr de ahora voy a llenar mi tiempo de planes pequeñitos pero muy significativos. Y vaya que si funcionó. Me llené la agenda de planecitos (escapadas, quedadas, cafés, comidas...) y empecé a disfrutar muchísimo más de la vida. Y no, no he hecho un gran plan en todo el año, y no me arrepiento. Uno de los planes que más he disfrutado ha sido de ir a Madrid con el bono Renfe porque tengo varios amigos allí y eso me permite ir, comer (por ejemplo) y volver en el mismo día sin gastar nada en transporte. Y no os podéis imaginar lo feliz que me hacen este tipo de cosas.
5. ¡Voy a ver a Taylor Swift!
Cuando Taylor anunció el Eras Tour con fechas internacionales no me gustó la idea. Me veía venir el futuro: yo sin entrada teniendo que ver el concierto a través de stories mientras lloro. Cuando explicaron el tema de los códigos me gustó aún menos. Evidentemente, no fui de las afortunadas en recibir código. Por suerte, una amiga sí y me ofreció compartirlo (le debo la vida, gracias). El día de la venta de entradas para Madrid yo ya sabía exactamente lo que tenía que hacer y SÍ, conseguimos entradas (¡y en muy buen sitio!). Ese fue mi regalo de cumpleaños de Mr. Preppy.
Lo mejor de todo es que esto fue a principios de julio, coincidiendo con la firma del contrato de arras de la casa y tuve dos fantásticas noticias en la misma semana. Lo que significa que... ¡¡¡voy a ver a Taylor el 30 de mayo de 2024 en Madrid!!! Después de tantos años, después de haber tenido entradas para el Loverfest en Madrid en 2020, por fin voy a ver mi artista favorita. Por favor, Diosito, que no pase nada.
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