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Birthday Wishlist (Y una pequeña charla sobre regalos)

Mi cumpleaños está a la vuelta de la esquina, el 30 de junio. Apenas quedan 3 días para que llegue la hora en que hace 23 añitos que vine al mundo (para traer el bien). Siempre me ha encantado mi cumpleaños. Para mí era como el único día en que lo especial era yo. Ya no me siento tanto así, pero en parte me sigue gustando porque me encanta organizar fiestas y para la mía propia suelo ser muy creativa y tirar la casa por la ventana.

Hoy voy a abrir mi cajón de los deseos para vosotros, para que me conozcáis más y sepáis por qué cosas suspiro cuando navego en Pinterest u hojeo una revista. os presento mi lista de deseos de cumpleaños de este año.

Pero antes...


Una breve introducción

Podréis llamarme materialista, pero creo que las personas que dicen no estar emocionadas por sus regalos mienten. Porque no es el regalo en sí, sino lo que representa. Cuando alguien te hace un regalo significa que ha pensado en ti, en cómo eres, en lo que te apasiona y lo que no soportas, y se ha pasado un tiempo buscando ese algo especial, aunque sea una chorradita, con la ilusión de que sonrías al abrirlo. Un buen regalo te demuestra que te han escuchado, que han sabido captar tu personalidad, tu esencia y esos pequeños detalles. 

Por eso a mí no hay nada que me dé más coraje que no acierten con un regalo. No es porque sea barato, no es porque sea feo o no es porque sea uno en vez de cuatro. Cuando alguien no acierta con un regalo es que no te conoce. No es tan difícil conocernos, aunque a veces lo parezca. Siempre va a haber un hobby, un color favorito, un estilo, una película, un grupo de música... Hay veces que, por muy bonita que sea la taza, la persona del cumpleaños no toma infusión. Y, sobre todo, hay veces que no basta con salir 10 minutos y coger cualquier cosa aparentemente cuca de la tienda de regalos, porque la persona sabe que no te has molestado tan siquiera en pensar. A esas cosas me refiero.

Y, además... ¡Qué narices! Pongamos las cartas sobre la mesa. ¡Nos encantan los regalos! Bueno, sin generalizar, porque hay personas que realmente pasan de esas cosas y me parece estupendo. Pero existimos las personas a las que nos entusiasma abrir un regalo y hacérselo a otra persona. Yo soy de esas personas. Esperamos ansiosos toda la cena del cumple de un amigo solo para verle la cara al abrir nuestro regalo (el cual nos hemos esforzado mucho en escoger). Fantaseamos con los regalos que tendremos la noche de Navidad. Nos ilusiona pensar que nuestra amiga se ha acordado de eso que queríamos para el cumpleaños.

No es ser materialista, es tener ilusión un día al año.







Un poco sobre mí


Os vais a reír, pero hay una cosa que no soporto: que me regalen cosas de cupcakes, cosas de color rosa por el mero hecho de ser de color rosa o cosas de flores por la misma razón.

Son tres pilares básicos de mi existencia: los cupcakes, el color rosa y las flores (y ya cuando lo junto todo buah). Precisamente por esa misma razón no soporto que me hagan los clásicos regalos de: "¡Anda mira, una cajita con dibujos de cupcakes, esto le va a encantar a Paula" o  "Vamos a regalarle un sombrerito a Paula, que le gusta, uy sí, este rosa mejor, que le va a encantar" o "Esta es la tienda favorita de Paula, cualquier cosa que cojamos de aquí le va a gustar". No. No. No. Eso es tirar a lo fácil, no vas a impresionarme.

Primero, sí, me encantan los cupcakes, sí, me encanta hacerlos y sí, me encantan los objetos con cupcakes. Pero tengo mil cajas de cupcakes. A no ser que vayáis a regalarme utensilios que no tengo (Una kitchen aid, un alisador de fondant, el segundo libro de Alma Obregón...), mejor no os molestéis.

Segundo, sí, mi color favorito es el rosa y no es ningún misterio. Mi habitación es rosa, mi blog es rosa, mis cosas en su mayoría son rosas, pero mi ropa por lo general no. Hay cosas (aunque os parezca increíble) que me gustan en otros colores.

Y tercero, sí, puede que esa sea mi tienda favorita y puede que siempre me pare en el escaparate y puede que, por lo general, me guste todo. Pero no me gusta todo, todo. Y, desde luego, no me gusta que una persona salga, vaya a una tienda diana, pase allí diez minutos y salga con mi regalo random.

Sé que es curioso que una chica que tiene un blog titulado "Breakfast with Cupcakes" rechace cualquier regalo con cupcakes, pero la vida me ha empujado a ello.



En fin, ahora me conocéis un poquito mejor. Sienta bien dejarse conocer. 


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